En lo que uno escribe no está uno. Uno está en lo que no escribe. Eso es
lo que uno es. Lo que sí escribe, que permanecerá, es sólo una ventana.
Las palabras son el vidrio. Permiten ver parcialmente la escencia. Ten
cuidado, los vidrios tambien reflejan. Sabé diferenciar tu reflejo en lo
que estás viendo. Para conocer quién está detrás de sus escritos, hay
que leer todo, pero no quedarse en el vidrio de la ventana, ni en la
ventana, ni en el reflejo. Hay que asomarse a ellas. Ahí, si sabés
mirar, encontrarás lo que soy.
Joaco
30-Septiembre-2011
30-Septiembre-2011
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