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Frase del día (aunque no diaria)

Un abrazo, tu abrazo... mi reino por tu abrazo!

domingo, 12 de septiembre de 2010

Sólo sé que ausente está, que lo llevan los soldados...

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Dos canciones tremedas de Patricio Manns. La página viene medio quedada, debido a mis pobres tiempos libres, lo cual no es lamentable porque estoy ocupando mi tiempo militando en lo que siempre busqué. Me hago un tiempito ahora para compatir estas canciones que añaden significado a mi vida y mis acciones.
Un abrazo
Joaco




Arriba en la Cordillera
Texto y música de Patricio Manns
Canción-huapango








¿Qué sabes de cordillera?
si tú naciste tan lejos,
hay que conocer la piedra
que corona el ventisquero,
hay que recorrer callando
los atajos del silencio
y cortar por las orillas
de los lagos cumbrereños.
Mi padre anduvo su vida
por entre piedras y cerros.

La Viuda Blanca en su grupa,
la maldición del arriero,
llevó a mi viejo esa noche
a robar ganado ajeno.
Junto al Paso de Atacalco,
a la entrada del invierno,
le preguntaron a golpes
y él respondió con silencios,
los guardias cordilleranos
clavaron su cruz al viento.

Los Angeles, Santa Fe,
fueron nombres del infierno.
Hasta mi casa llegaba
la ley buscando al cuatrero.
Mi madre escondió la cara
cuando él no volvió del cerro
y arriba en la cordillera
la noche entraba en sus huesos.
El que fue tan hombre y solo,
llevó la muerte en su arreo.

 Nosotros cruzamos hoy
con un rebaño del bueno.
Arriba en la cordillera
no nos vio pasar ni el viento.
Con que orgullo me querría
si ahora llegara a saberlo.
Pero el viento no más sabe
dónde se durmió mi viejo
con su pena de hombre pobre
y dos balas en el pecho.



El cautivo de Til-Til
(Patricio Manns)




Por unas pupilas claras
que entre muchos sables
quiere relucir,
y esa risa que tenia
no sé qué secretos,
guarda para mí.
Cuando altivo se marchó
entre sables de alguacil
me corrió un presentimiento
al verlo partir.

Dicen que es Manuel su nombre
y que se lo llevan
camino a Til-Til,
que el gobernador no quiere
ver por La Cañada
su porte gentil.
Dicen que en la guerra fue
el mejor y en la ciudad
lo llaman el Guerrillero
de la libertad.

Sólo sé que ausente está,
que lo llevan los soldados,
que amarrado a la montura
la tropa lo aleja de su General.
Sólo sé que el viento va
jugueteando en sus cabellos
y que el sol brilla en sus ojos
cuando lo conducen
camino a Til-Til.

Dicen que era como un rayo
cuando galopaba
sobre su corcel
y que al paso del jinete
todos le llamaban
por nombre: Manuel.

Ya no sé si volveré
a verlo libre y gentil,
sólo sé que sonreía
camino a Til-Til.

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