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martes, 23 de marzo de 2010

Porqué la desaparición

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Esta explicación me la pasaron una vez en un foro de internet y me perece muy buena asi que ahora la comparto. Es sobre porqué se desaparecía a las personas que la Dictadura llamaba "subversivos".
Joaco

 


La desaparición de personas: fue una técnica ensayada por el ejército francés en la guerra de la Independencia de Argelia, en la década de 1950.
Uno de los efectos no previstos por los franceses de esta técnica de desaparición forzada de personas fue el de la angustia generalizada: a diferencia de los cadáveres visibles en los fusilamientos (que solían provocar levantamientos de los muyahidin argelinos), los desaparecidos instalaban en la sociedad una parálisis propia de la incertidumbre. (recordemos las palabras de Videla: "Los desaparecidos son eso, desaparecidos; no están ni vivos ni muertos; están desaparecidos")
El ejército francés aprovechó este efecto psicológico a su favor: los argelinos no tenían forma de saber si los desaparecidos habían sido víctimas de los franceses, si habían sido ejecutados por sus propios compatriotas, si habían desertado a Francia, etcétera. A los familiares no les era tampoco posible interponer recursos de hábeas corpus (¿cómo haría el desaparecido para presentarse ante el juez?); todo esto resultaba en un estado de duelo permanente que convenía mucho a los fines terroristas del estado francés (cuando hay un cadáver y una certeza, el duelo por la muerte se resuelve en términos normales).
Los franceses entonces diseñaron una técnica de desaparición metódica a partir de una distribución uniforme; de este modo, no había argelino que no supiera de alguien que había desaparecido sin dejar rastros. En la mayoría de los casos, la desaparición no tenía un motivo político, sino uno geográfico (por ejemplo, la desaparición de toda una familia podía ser una forma de mensaje encubierto que correría de boca en boca en unos kilómetros a la redonda).
Quienes han vivido esas épocas en Argentina pueden reconocer la situación de Argelia como propia; es posible que los militares del Proceso la hayan copiado de un modo literal. Sabemos que cuando alguien desaparecía, no se hablaba más sobre esa persona; no era que no se cuestionara: sencillamente el desaparecido dejaba de ser parte de la realidad cotidiana (el olvido selectivo equivalía a la autopreservación).

No hay que perder de vista el aspecto de guerra psicológica de la desaparición de personas; un ejemplo reciente es el de Jorge Julio López, cuya desaparición sirve tanto para acusar a funcionarios del Estado, a genocidas o al diariero. Hasta puede decirse (se ha dicho) que López fue visto viviendo en París.

Los militares del Proceso ganaban poder con la desaparición de personas; no el mero poder político (que puede ser comprado por no demasiado dinero), sino un poder de orden metafísico, teológico.
Por supuesto que en la desaparición forzada de personas hay también intención de impunidad y de apropiación ilegítima de bebés y de bienes, aunque creo que no es posible ni conveniente reducir el fenómeno a esos únicos aspectos.



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